La flor de Edelweis también se marchita

A primeros de septiembre y después de varios meses sin publicar por aquí, recibí un torrente de energía que me animó a seguir con este proyecto personal. Fueron unas semanas en las que estuve pletórico.
Hacía mucho que no me sentía así, para que engañaros, se puede decir que viví en una nube durante todo ese tiempo. En mi viaje a Pirineos con el amigo Josu, pude experimentar momentos mágicos en la montaña y que quedaron reflejados en http://elarrabalmusical.com/la-cancion-de-edelweis/ y que para el que no lo haya echado un ojo, se lo recomiendo.
Esa flor de Edelweis (casi) siempre resistente a las inclemencias del tiempo, y que se hace fuerte en los duros inviernos en las altas montañas, tuvo algún tipo de contratiempo que le impidió seguir viviendo cómodamente hasta que finalmente marchitó.
Al mismo tiempo, mi energía fue disminuyendo hasta caer bajo mínimos, dejando atónitos a propios y extraños, y es que ese no era yo, era el resultado de la fuerza de una flor venida a menos.
Después de unos días bastante malos, y gracias a la gente cercana resurgió en mí, la fuerza necesaria para seguir tirando del carro, resucitando proyectos dejados de lado, recuperando viejas amistades, y aumentando la energía perdida en las últimas semanas, hasta intentar (ojalá!) llegar a niveles anteriores.
Hace un par de semanas fui recopilando en una playlist de Spotify esos temas que he ido escuchando en esta nueva etapa de mi vida, eso sí, es una lista sin fin, y es que la música es interminable. En ella suenan estilos variados, aunque sí que tengo que reconocer que lo que más he escuchado, son sonidos oscuretes: post punk, new wave, dark,…
Espero seguir con esta lista y otras que ya tenía en mi perfil, así como con pinchadas en garitos (si es que nos deja el maldito Covid).
Gracias a esa gente que siempre está ahí y me ha animado, hasta llegar a este punto de volver a escribir unos párrafos.
¡Feliz Solsticio!